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Rumanía necesita los mismos inmigrantes que se fueron a España en los últimos 15 años

Rumanía, recién incorporada a la Unión Europea, de la que recibirá fondos millonarios al menos hasta 2013, con una economía que crece a un ritmo cercano al 7% y con una demanda de vivienda cinco veces superior a la oferta, necesita ahora trabajadores.

Durante las últimas dos décadas, abandonaron el país rumbo a Italia y España entre un 1,5 y dos millones de trabajadores. Ahora los responsables políticos y económicos rumanos urgen su regreso para impulsar aún más una economía en pleno desarrollo, incluso con crisis internacional de fondo.

El caso de Constantin y Ioana, ambos de 30 años, que han vuelto a Bucarest hace apenas seis meses tras permanecer en España más de seis años, es casi excepcional. Él ha trabajado en la construcción, con un sueldo de 1.300 euros, y ella era responsable de una casa rural, por poco más de 900, en un pueblo de apenas 100 habitantes en el norte de Guadalajara (Castilla-La Mancha).

Pese a numerosas campañas e incentivos para convencer a los ciudadanos rumanos para que regresen, algunas realidades no invitan a la vuelta y el Gobierno de Bucarest se ha encontrado con el rechazo de las ofertas.

Ni siquiera la propuesta desde España del ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, de recibir prácticamente la totalidad del subsidio de paro para que los inmigrantes regresen a su país, les ha convencido.

Pocos son los que han regresado, reconocen los responsables rumanos y españoles, aunque no hay cifras públicas oficiales todavía.

Muchos de los rumanos que viven en España, con una formación profesional elevada, mantienen su trabajo; pese a la crisis, ya han comprado una vivienda y tienen un salario casi tres veces superior al que cobrarían en Rumanía. De hecho, los sueldos son el principal freno para que los rumanos vuelvan a su país, dónde la retribución media ronda los 400 euros, un 50% más en las ciudades.

El presidente de la Cámara de los Diputados de Rumanía, Bogdan Olteanu, admite que el país del Este, en este momento necesita un mínimo de medio millón de trabajadores que no están en el país. Ese número coincide prácticamente con los que en la actualidad viven en España y que conforman la tercera comunidad de inmigrantes más importante. Olteanu sabe cuál es el problema y parece tener la solución, aunque no resultará fácil. Asegura que el objetivo del Gobierno es conseguir duplicar en apenas cuatro años el sueldo medio que se recibe en Rumanía hasta los 900 euros. Junto a esto, el Ejecutivo rumano se propone pagar a las mujeres que tengan hijos el 80% de su sueldo durante dos años.

El Gobierno de Rumanía reconoce que será complicado convencer a sus emigrados para que regresen al país, pese a la necesidad real de mano de obra. El problema fundamental está en la construcción, admite el director general de la Agencia de Estrategias Gubernamentales, Dan Jurcan.

La Agencia, en paralelo al objetivo de hacer regresar a los rumanos que están fuera del país, ha realizado un inversión cercana a los ocho millones de euros, en una campaña publicitaria, bajo el título Hola, soy rumano, para limpiar la imagen de sus ciudadanos, muy dañada tras los sucesos en Italia y que ha desincentivado algunas inversiones, según reconoce el propio Gobierno rumano.

Las experiencias positivas en España son muchas. Es el caso de Diana Dinu, que llegó a Cataluña hace 18 años y es la responsable de una consultora, con sede en Barcelona, que asesora a los empresarios españoles que quieran invertir en Rumanía. Llegó como ilegal, pero la integración ha sido plena, pese a las dificultades.


Enrique Morales, desde Bucarest
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