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Los orígenes de El pequeño Caribe

A principios de los 80 en España apenas había un millar de dominicanos. Hoy son casi 80.000. Los frenos a la inmigración de EEUU, Puerto Rico y Venezuela, países que habitualmente habían sido sus receptores, y el boom económico que ha vivido España han contribuido al crecimiento exponencial del colectivo. En Tetuán están censados más de 4.000 caribeños, pero su número seguramente sea muy superior si se tiene en cuenta el número de ilegales. El distrito, donde los controles policiales en busca de sin papeles son constantes, acoge la mayor concentración de dominicanos de toda Europa y es conocido como El pequeño Caribe, La pequeña Dominicana o el Manhattan de Madrid. Son la tercera nacionalidad en número de la zona, tras los españoles y los ecuatorianos. Tetuán es elegido por los políticos dominicanos para celebrar sus actos electorales en Europa y son muchos los caribeños que, aprovechando la jubilaciones de españoles y el abandono del barrio, han comprado un pequeño negocio. Hay calles —Topete, Carnicer, Alvarado o Almansa— en las que exclusivamente hay locales —bares, peluquerías, locutorios y colmados— cuyos propietarios son caribeños. Se juega a la lotería dominicana, al pale, a la nacional o al dominó dominicano, con altas apuestas, y los bares cuelgan nombres como la la Esquina Caribeña, El Sheraton o el Malecón. Los dominicanos, junto con los ecuatorianos y marroquíes, son la nacionalidad que en relación a la población de su país de origen tiene mayor proporción de personas en España.
Un colectivo singularLa inmigración dominicana tiene unos rasgos sociodemográficos singulares. Seis de cada diez dominicanos en España son mujeres, que trabajan en el servicio doméstico. Un 30% tiene como pareja a un español y protagonizan buena parte de los matrimonios entre nacionales y extranjeros. La edad media de los caribeños en España es de 36 años y existe un elevado porcentaje de ancianos y de jóvenes menores de 18 años que han llegado a través de la reagrupación, Proceden en su mayoría de municipios del sur, como Vicente Noble o Tamayo. La población dominicana está escasamente formada. Sólo un 13% tiene educación superior y un 6% son analfabetos, según la Fundación Codespa. La recesión ha afectado de lleno al colectivo. Son pocos los que pueden cobrar el paro o acogerse a las medidas de retorno del ministro Corbacho.

Tetuán, un ensayo de multiculturalidad que se derrumba

La convivencia en el barrio madrileño de Tetuán, uno de los más cosmopolitas de España, con tres veces más inmigrantes que la media nacional y el mayor número de dominicanos de Europa, está en grave riesgo.


Luis Carlos P. P., dominicano de 22 años, muere en un hospital después de recibir dos tiros en la cabeza. El autor de los disparos es un español de 38 años. El joven caribeño conversaba con varios amigos después de haber pasado toda la tarde del viernes pintando su casa, en la que vivía con su novia embarazada de ocho meses.

Nancy C. A., peruana y propietaria de un locutorio, es atracada a punta de pistola por tres dominicanos. En sus brazos tiene un bebé de apenas un año. Los ladrones se llevan lo recaudado durante el día, apenas 200 euros, y encañonan, además de a Nancy, a un español. El atraco es prácticamente idéntico al que sufrió diez días antes.

Los dos hechos, para la Policía, probablemente no tengan conexión, pese a que protagonistas y víctimas son españoles, peruanos y dominicanos y a que tienen lugar a menos de 400 metros de distancia y en un lapsus de tiempo inferior a 24 horas.

Ambos sucesos se desarrollan en Tetuán, un céntrico distrito de Madrid, de 150.000 habitantes y en el que la población inmigrante triplica la media nacional del 11,3%. El porcentaje de dominicanos en la zona es el mayor de Europa.

El distrito, que se ha puesto en múltiples ocasiones como ejemplo de convivencia interracial y en el que hay colegios públicos y concertados que acogen un 90% de alumnos extranjeros, vive una tensión contenida desde hace tiempo. La coyuntura económica ha empeorado la situación social.
El desempleo ha afectado de lleno al colectivo dominicano. Los pocos que consiguieron abrir un negocio, lo han tenido que clausurar ahora. Los que no se han cerrado por la crisis, no abren por acumulación de multas.

La muerte de Luis y el aumento de los asaltos indiscriminados con intimidación pueden ser los detonantes para que estalle el polvorín en un barrio de contrastes en el que se registra el precio de oficina más caro de España y en el que se puede encontrar una habitación con baño por 200 euros.

El PSOE reconoce ahora que la convivencia en este distrito multiétnico corre un grave riesgo y ha pedido más seguridad en la zona. El presidente del Grupo Municipal socialista, Óscar Iglesias, ha admitido que la tensión existe, que son probables nuevos altercados y que existen problemas de convivencia en el distrito entre las diferentes nacionalidades.

Por su parte, la concejala del distrito de Tetuán, Paloma García Romero, ha convocado con carácter urgente el Consejo de Seguridad Local para el próximo jueves con la finalidad de que se informe sobre las medidas que se adoptarán para evitar que se generen conflictos de convivencia en la zona.

Al día siguiente de la muerte de Luis, las calles adyacentes al lugar del crimen aparecieron llenas de pintadas amenazantes: “Matan a un chico, barrio no te calles” o “Luis, 22 años, ni olvido ni perdono”. Desde entonces, las protestas no han parado.

Cuatro policías nacionales custodiaban la zona del suceso día y noche, “por si acaso” y con la confianza de que no tuviesen lugar incidentes. Junto al improvisado altar de Luis, lleno de velas y protagonizado por una fotocopia de una fotografía suya, una mujer de 50 años lloraba desconsoladamente y murmuraba: “Le han matado, le han matado...”. Al lado, un hombre de más de 40 años, lleno de rabia, sentencia: “No le han matado, le ha matado un español”.

La noche anterior, poco después de que disparasen a Luis Carlos, Doris, una dominicana, ya tenía respuestas para casi todos los interrogantes del asesinato. “El español buscaba droga, pero no acudió al lugar indicado, no todos los dominicanos traficamos”. Según otros testigos, el español pidió la documentación a los dominicanos, como si fuese un secreta, e inmediatamente disparó un arma sobre la nuca del dominicano. Doris admite que si los amigos del joven y no la Policía hubiesen cogido al asesino, hoy no estaría vivo.

Tres horas después del crimen, Dionisio —Dionicio—, que ha conocido el suceso por lo que le han ido contando, asegura que todo asesinato tiene su venganza y recuerda que en su país ningún violador o asesino de mujeres sale vivo de la cárcel. “Puede ser hoy, mañana o dentro de dos semanas”.

La armonía interracial en el barrio es una ficción. Los extranjeros de la zona sólo se mezclan con sus compatriotas, salvo los dominicanos, que lo hacen exclusivamente entre ellos y los españoles. Un 30% de los dominicanos es pareja o está casado con un español.

Zhong, un chino que lleva viviendo 14 años en España y es propietario de dos negocios en el barrio, apunta algunas las claves para la convivencia y alerta de los problemas raciales. “Se ha hecho todo mal. En mi tienda trabajan una ecuatoriana y una dominicana para atender a los latinos, ¿pero has visto tú que dominicanos, marroquíes y ecuatorianos trabajen juntos?”, dice. “Vivimos al lado, pero ni trabajamos, ni compartimos, ni nos divertimos juntos”, sentencia.
Por Enrique Morales (LA GACETA DE LOS NEGOCIOS)

200 millones de personas trabajan en otro país


Kamal Chowdhury, directivo responsable de un centro de llamadas telefónicas en Bangladesh, tiene graves problemas para encontrar empleados. En ese país es frecuente que un empleado que encuentra un trabajo mejor pagado abandone su puesto ese mismo día y, además, lo haga sin avisar.

El peruano Carlos Villanueva ha trabajado en Nueva York (EEUU) durante ocho años. Tenía un puesto de perritos calientes en Manhattan y ahora reside en España. Es propietario de un restaurante de comida peruana en la Gran Vía madrileña. Los empresarios del Golfo Pérsico no encuentran empleados cualificados, cuando hace apenas cinco años no tenían dificultad para atraer talento de toda Asia.

Los empleados de los estados del sur de México se desplazan al norte del país o al sur de EEUU.

En España hay cinco millones de inmigrantes, un 10% de la población, y la mayoría abandonó Ecuador, Perú, Rumanía o Marruecos por motivos laborales, buscando una vida mejor y un trabajo más remunerado.

El mundo vive un cambio radical en la disponibilidad de mano de obra, un fenómeno global ante el cual la mayoría de los gobernantes, empresarios y trabajadores no está preparados. La causa de fondo es el desequilibrio demográfico: países con mano de obra y con población joven y naciones envejecidas que necesitan trabajadores para seguir creciendo.

La población de los países en desarrollo en las próximas cuatro décadas crecerá a un ritmo seis veces mayor que la de los desarrollados. Mientras, países como Italia o Japón perderán millones de habitantes en pocos años por el envejecimiento de su población.

Las migraciones son un fenómeno imparable y no en una sola dirección. Los trabajadores van dónde se les necesita. Los países que ponen freno a la inmigración sufren las consecuencias. Japón es uno de ellos y por eso debe importar el 70% de sus alimentos. Su población activa no quiere ir al campo a trabajar y, al tiempo, se impide la entradas de inmigrantes.

La crisis económica ha provocado que el Gobierno español haya replanteado las facilidades que había hasta ahora para que los extranjeros viniesen a trabajar. En Francia y EEUU, las restricciones a la inmigración y la limitación de los visados han protagonizado las campañas presidenciales.

Cerca de 200 millones de personas, cuatro veces la población de España y el 3% de la mundial, ha tenido que emigrar en busca de trabajo, sin contar los millones de ciudadanos que se han desplazado dentro de sus países de origen. Los chinos del centro del país emigran a Hong Kong o a Shangai. Los indios se concentran en las ciudades.

Estos datos forman parte de un estudio elaborado por Manpower, bajo el título Trabajadores sin Fronteras, en el que la agencia de colocación insta a replantearse el fenómeno de la inmigración a largo plazo o de lo contrario las empresas lo pagarán en competitividad.

En la misma línea, el diario The Economist apuntaba recientemente que mientras que lo que se plantean los países desarrollados es si las tasas de inmigración son insosteniblemente altas, la realidad apunta a que “quizás no sean ni suficientemente altas”.

En el mundo faltan trabajadores industriales, según el informe de Manpower, mientras que los gobiernos han impulsado la formación universitaria. España no ha escapado a esta circunstancia. Los universitarios se quedan en paro, mientras que, pese a la crisis, las empresas siguen buscando empleados con formación profesional, que encuentran fuera.

Demandan técnicos de mantenimiento, especialistas en refrigeración, enfermeros o fresadores. En Reino Unido los conductores de autobuses son polacos y en Noruega buscan soldadores y electricistas que encuentran en Eslovenia o Lituania. Mientras los trabajadores lituanos se desplazan a los países escandinavos, sus mujeres ocupan sus puestos de trabajo en duras tareas como la construcción.

Globalización y remesas

La globalización e internet han posibilitado el acceso a más información y más facilidades para emigrar. Al tiempo que la reagrupación familiar ha permitido que muchos inmigrantes consideren la nación de acogida como su país. Les ha facilitado una vida mejor, un trabajo y educación para sus hijos. Incluso con facilidades para volver, como las que se dan a los trabajadores rumanos . Los nacionales de ese país se casan con españoles, emprenden negocios y creen que, de momento, las condiciones de su país no son las mejores para volver.

En esta línea, las remesas que envían estos trabajadores son fundamentales. Desde España se mandaron 7.500 millones de euros en 2007, el equivalente al 7.5% del PIB español. Desde el mundo, los inmigrantes enviaron 230.000 millones, igual que el PIB noruego. En Honduras y El Salvador, los envíos desde el exterior suponen el 15% de su riqueza nacional. En Bolivia, sólo los que se realizan desde España son el 10%. de su PIB.

Publicado por Enrique Morales en LA GACETA DE LOS NEGOCIOS

Rumanía necesita los mismos inmigrantes que se fueron a España en los últimos 15 años

Rumanía, recién incorporada a la Unión Europea, de la que recibirá fondos millonarios al menos hasta 2013, con una economía que crece a un ritmo cercano al 7% y con una demanda de vivienda cinco veces superior a la oferta, necesita ahora trabajadores.

Durante las últimas dos décadas, abandonaron el país rumbo a Italia y España entre un 1,5 y dos millones de trabajadores. Ahora los responsables políticos y económicos rumanos urgen su regreso para impulsar aún más una economía en pleno desarrollo, incluso con crisis internacional de fondo.

El caso de Constantin y Ioana, ambos de 30 años, que han vuelto a Bucarest hace apenas seis meses tras permanecer en España más de seis años, es casi excepcional. Él ha trabajado en la construcción, con un sueldo de 1.300 euros, y ella era responsable de una casa rural, por poco más de 900, en un pueblo de apenas 100 habitantes en el norte de Guadalajara (Castilla-La Mancha).

Pese a numerosas campañas e incentivos para convencer a los ciudadanos rumanos para que regresen, algunas realidades no invitan a la vuelta y el Gobierno de Bucarest se ha encontrado con el rechazo de las ofertas.

Ni siquiera la propuesta desde España del ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, de recibir prácticamente la totalidad del subsidio de paro para que los inmigrantes regresen a su país, les ha convencido.

Pocos son los que han regresado, reconocen los responsables rumanos y españoles, aunque no hay cifras públicas oficiales todavía.

Muchos de los rumanos que viven en España, con una formación profesional elevada, mantienen su trabajo; pese a la crisis, ya han comprado una vivienda y tienen un salario casi tres veces superior al que cobrarían en Rumanía. De hecho, los sueldos son el principal freno para que los rumanos vuelvan a su país, dónde la retribución media ronda los 400 euros, un 50% más en las ciudades.

El presidente de la Cámara de los Diputados de Rumanía, Bogdan Olteanu, admite que el país del Este, en este momento necesita un mínimo de medio millón de trabajadores que no están en el país. Ese número coincide prácticamente con los que en la actualidad viven en España y que conforman la tercera comunidad de inmigrantes más importante. Olteanu sabe cuál es el problema y parece tener la solución, aunque no resultará fácil. Asegura que el objetivo del Gobierno es conseguir duplicar en apenas cuatro años el sueldo medio que se recibe en Rumanía hasta los 900 euros. Junto a esto, el Ejecutivo rumano se propone pagar a las mujeres que tengan hijos el 80% de su sueldo durante dos años.

El Gobierno de Rumanía reconoce que será complicado convencer a sus emigrados para que regresen al país, pese a la necesidad real de mano de obra. El problema fundamental está en la construcción, admite el director general de la Agencia de Estrategias Gubernamentales, Dan Jurcan.

La Agencia, en paralelo al objetivo de hacer regresar a los rumanos que están fuera del país, ha realizado un inversión cercana a los ocho millones de euros, en una campaña publicitaria, bajo el título Hola, soy rumano, para limpiar la imagen de sus ciudadanos, muy dañada tras los sucesos en Italia y que ha desincentivado algunas inversiones, según reconoce el propio Gobierno rumano.

Las experiencias positivas en España son muchas. Es el caso de Diana Dinu, que llegó a Cataluña hace 18 años y es la responsable de una consultora, con sede en Barcelona, que asesora a los empresarios españoles que quieran invertir en Rumanía. Llegó como ilegal, pero la integración ha sido plena, pese a las dificultades.


Enrique Morales, desde Bucarest

Un nuevo equipo especial de la policía perseguirá a los delincuentes extranjeros

El Ministerio del Interior pondrá en marcha este otoño la nueva Brigada de Expulsiones de Delincuentes Extranjeros (BEDEX) que se encargará de repatriar a sus países de origen a aquellos delincuentes extranjeros reincidentes y especialmente violentos.

Lo ha anunciado el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, en una comparecencia ante la Comisión de Interior del Congreso en la que ha dado cuenta de las líneas generales de su departamento.

Camacho ha explicado que el objetivo de la nueva brigada será contribuir a la disminución de la "alarma social" que provocan determinados hechos violentos llevados a cabo por delincuentes extranjeros.

La nueva brigada, que dependerá de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, se encargará de perseguir y, en su caso, expulsar del país -siempre con autorización judicial- a delincuentes de origen extranjero, ya sean terroristas, integrantes de bandas organizadas, o implicados en delitos de violencia doméstica.

La unidad acentuará las llamadas "repatriaciones cualificadas", es decir, la de aquellos individuos que dada su condición de multireincidentes o por su agresividad provocan un "efecto negativo" para el resto de ciudadanos que residen en España.


Fuente: Efe

La UE controlará los flujos migratorios. Sólo aceptará mano de obra cualificada

No corren buenos tiempos en Europa para aquellos ciudadanos lationamericanos, asiáticos o africanos que busquen trabajo en el Viejo Continente.

La Unión Europea ha aprobado el denominado Pacto Europeo de Inmigración y Asilo presentado por Francia para controlar mejor los flujos migratorios y ha avanzado en la creación de una Tarjeta azul para facilitar la llegada de mano de obra calificada de terceros países al bloque.

Los ministros europeos del Interior e Inmigración dieron su respaldo a la versión definitiva del Pacto, cuyas líneas generales ya había recibido el apoyo de los 27 miembros de la UE en julio pasado en Cannes (sur de Francia).

"El Pacto acordado da respuesta a la posición que ha venido defendiendo España: control de los flujos migratorios, cooperación y colaboración con los países de origen y, finalmente, integración en el desarrollo de nuestras sociedades", indicó el ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, en conferencia de prensa.

"El Pacto es un recordatorio de un cierto número de principios: organiza la inmigración legal, desorganiza la inmigración ilegal y vuelve a Europa más protectora de cara a aquellos que no son protegidos en sus países", afirmó, por su parte, el ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux, cuyo país ejerce la presidencia de la UE.

Los objetivos de la iniciativa son instaurar reglas comunes para regular la inmigración laboral, reforzar los controles en las fronteras del bloque, facilitar el regreso a sus países de origen a quienes hayan logrado entrar en Europa y armonizar las exigencias para las peticiones de asilo.

En cuanto a los puntos más polémicos, el referido a las regularizaciones de clandestinos fue levemente flexibilizado para admitir los casos por razones económicas, y la idea de un "contrato de integración" con obligación de aprender la lengua del país de recepción fue retirada.

Durante la reunión, los ministros de los 27 dieron, por otra parte, un paso importante hacia la aprobación de la denominada Tarjeta azul, inspirada en la Green Card estadounidense para promover la llegada a la UE de personal "altamente cualificado".


Para obtener esta Tarjeta azul, los aspirantes deberán cumplir con una serie de requisitos, como tener un diploma universitario de tres años o experiencia profesional de cinco años en un sector, así como asegurarse ganar un salario que represente el 50% más del ingreso medio del país en el cual pretenden trabajar.

Ante las críticas por la posible "fuga de cerebros" a la que podría dar lugar esta iniciativa, los 27 incluirían un artículo que prevé que "los Estados miembros deben abstenerse de buscar la contratación activa en los países en vías de desarrollo en los sectores que sufren carencias de recursos humanos".

"Si se llega a determinar que hay un país que tiene carencias de médicos, no parece razonable que vayamos ahí a contratar todos los médicos que necesitemos", explicó Corbacho.

De todos modos, aún quedan cuestiones por resolver, como la reticencia de los países del Este a la entrada de vigencia de esa iniciativa mientras sigan existiendo restricciones de acceso de sus trabajadores a los mercados laborales de los 'viejos' miembros de la UE.

El pacto y la Tarjeta Azul se enmarcan en un paquete de medidas de la UE para controlar mejor sus flujos migratorios. La medida más polémica es la 'Directiva Retorno', que armoniza las condiciones de expulsión de los inmigrantes ilegales en Europa con periodos de retención de hasta 18 meses.

Esta legislación ha provocado una reacción de protesta unánime en América Latina, la última de ellas manifestada mediante una declaración suscrita por los gobiernos de los once países de Sudamérica el pasado viernes en Montevideo.

Los rumanos ven España como un paraíso laboral y un país de futuro



Los inmigrantes rumanos componen la comunidad extranjera más numerosa en España, por delante de marroquíes y ecuatorianos. Más de 700.000 personas han llegado en los últimos años desde ese país del Este, recién incorporado a la Unión Europea, con el fin de mejorar su nivel de vida y encontrar un empleo bien remunerado. Sin embargo, este colectivo, pese a su relevancia numérica y su importante contribución al crecimiento económico reciente, goza en el mejor de los casos de un considerable anonimato. Eso, cuando no se da el caso de que su presencia se ligue a tópicos malintencionados.

Pero la realidad es bien distinta. La mayor parte de los rumanos ha venido para trabajar y quedarse en España. Ven este país como un lugar de oportunidades para establecerse a largo plazo y no solamente como una estancia transitoria para hacer negocio y volver con los bolsillos llenos a Rumanía.

Los estudios y diferentes estadísticas laborales ponen de manifiesto que su cualificación y su posición laboral superan de forma considerable la media del resto de los inmigrantes llegados desde Latinomérica o África. La mayoría llegan para desempeñar trabajos rechazados por los españoles, pero rápidamente consiguen ascensos que les convierten en directores de hotel, capataces o personal sanitario con responsabilidades.

En las listas de afiliación en la Seguridad Social están inscritos un total de 257.377 rumanos, el 12% de los 2.128.384 cotizantes extranjeros que figuraban en el sistema hasta el segundo semestre.

Razones para no volver
Los rumanos que viven en España no se muestran dispuestos a regresar a su país. Ni los generosos Fondos de Cohesión, que modernizarán las infraestructuras y modelos productivos de este nuevo socio europeo, les resultan lo suficientemente atractivos como para emprender el viaje de vuelta.

Tampoco las oportunidades de trabajo que el propio Gobierno rumano está ofreciendo: una opción de retorno que recolocaría a los inmigrantes —especialmente los asentados en Italia y España— en puestos de funcionarios en las oficinas y servicio administrativos rumanos. Las cerca de 11.000 plazas que se ofrecieron no llegaron a cubrirse.

Un estudio en fase de elaboración de la Universidad Rey Juan Carlos I, dirigido por Ramón Tamames, evidencia que los rumanos cuentan con más posibilidades de echar raíces en España que en otros países de la Unión Europea por diferentes motivos: la adquisición de una vivienda y los salarios (que llegan a multiplicar por cinco o seis los de origen), entre otras razones, hacen que el regreso sea improbable. El 14% tiene vivienda propia en España (frente al 8% en Italia). Sus ingresos medios superan los 1.200 euros cuando en otros países no alcanzan los 1.000. Mientras, uno de cada tres tiene inquietudes empresariales y prevé poner en marcha un negocio (en la Unión Europea este porcentaje no alcanza ni el 25%).

El mismo informe pone de manifiesto que los ciudadanos rumanos asumirán mejor los efectos de la crisis que los españoles, entre ellos el paro. Las previsiones de ocupabilidad, aún con una situación económica adversa, son mucho más altas – del 80%– para estos inmigrantes respecto al 64% de los españoles.

Choque
Toda esta realidad choca, en cambio, con los deseos expresados tanto por los responsables del Gobierno rumano, que a través de incentivos pretende que los rumanos en España regresen a su país, como del Ejecutivo español.

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se ha mostrado en numerosas ocasiones confiado en una mejora económica de Rumanía, que suponga el retorno de muchos de sus ciudadanos.

Pero no existe nada más lejos de la realidad actual. Junto a esto, el Plan de Retorno del Gobierno poco va a favorecer el regreso de este colectivo, puesto que ni siquiera se ha suscrito un convenio al respecto con esta nación europea.




Una campaña para mejorar la imagen en plena crisis

El Gobierno de Rumanía acaba de poner en marcha una campaña en diferentes medios de comunicación bajo el lema “Soy rumano. Juntos formamos un buen equipo”. En ella se presenta a un elenco de profesionales, dedicados a diferentes actividades, que participan de forma efectiva en la sociedad española.

La campaña pretende ir más allá del plano laboral, destacando las analogías existentes entre ambos países para descubrir nuevos valores que faciliten la integración entre ciudadanos de la Unión.

Sin embargo, las razones de esta campaña de imagen van más lejos: su intención última es limar asperezas y mejorar la idea que tienen los españoles de los rumanos. En comparación con Italia, donde se han puesto en marcha medidas para fichar y proceder a la repatriación de rumanos, especialmente de etnia gitana, España se considera un país “tolerante”.

Con todo, los responsables de la campaña (de Saatchi & Saatchi) reconocen que en los momentos de crisis es cuando el debate acerca de la idoneidad de la presencia de inmigrantes se hace más presente. Por este motivo, han orientado el fin de los mensajes hacia la puesta en valor de las virtudes y erradicar los estereotipos que pesan sobre este colectivo, habitualmente ligados a la delincuencia.

La campaña está centrada, principalmente, en spots publicitarios en medios de comunicación. Asimismo, se concertarán entrevistas con empresarios para acercar el tejido económico y social y la elaboración de un estudio económico por la Universidad Rey Juan Carlos y dirigido por el catedrático de Economía, Ramón Tamames. Las conclusiones de este estudio se harán públicas el 27 de octubre.

Por último, el actor y director español, Carlos Iglesias está finalizando la producción de un documental que ilustra el perfil de la inmigración rumana en España. La campaña servirá como piloto para su futura aplicación en otros países de la Unión Europea.

Información elaborada por Enrique Morales y M. L. Nalda en LA GACETA de los NEGOCIOS

Jóvenes empresarios que desafían la crisis


Al mal tiempo, buena cara. Mientras en España cunde el pesimismo por la gravedad de la crisis económica, en China consideran que la coyuntura actual es una oportunidad. Y ésta es la filosofía que preside el espíritu de algunos jóvenes españoles que, en medio de una profunda desaceleración y la consecuente incertidumbre, han decidido iniciar sus proyectos empresariales. Algunos de ellos están convencidos de que ahora es un buen momento para arrancar una nueva sociedad, como han asegurado a LA GACETA cuatro jóvenes empresarios, menores de 30 años, que han decidido seguir adelante con sus proyectos. Algunos de ellos se habían gestado antes de que la crisis se mostrase en toda su crudeza, pero esta circunstancia no les ha desanimado.


Todos ellos obedecen a un perfil de personas emprendedoras que, conscientes de que cuentan con unos determinados conocimientos, han optado por utilizarlos para aprovechar las oportunidades que les ofrecen determinados nichos de mercado. Aunque no siempre se da esta circunstancia, otros emprendedores, jóvenes y de edades más avanzadas, se establecen por su cuenta ante una situación de desempleo.

Menor número

De esta forma, 8.080 empresas se constituyeron en julio, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y, aunque suponen un descenso del 25,7% con respecto al mismo mes del año anterior, constituyen un indicador de que existen emprendedores dispuestos a desafiar la fuerte desaceleración económica que atraviesa nuestra economía.

El total de empresas creadas en los primeros ocho meses del año asciende a 78.560, un 26,14% menos que un año antes, según datos del estudio Informa de Movimientos Empresariales, realizado por la empresa Informa D&B.

Madrid es la comunidad donde más empresas se han constituido, un total de 14.737; seguida de Cataluña, con 14.223, Andalucía, con 12.354, y la Comunidad Valenciana, con 8.893.


"Una buena idea tiene cabida en cualquier momento"

El objetivo de Sofía Choy, china-peruana de 25 años, ha sido siempre crear empresa. Asegura que en España, donde reside desde hace dos años, hay muchas oportunidades y existe una seguridad jurídica desconocida en Latinoamérica. Choy ha realizado estudios de Comercio Internacional y domina el mundo de las importaciones y exportaciones. Por esta razón, y consciente de las posibilidades que ofrece su país para exportar productos únicos, ha decidido iniciar una empresa destinada a la comercialización de los mismos.

Como primer paso, hace un año creó una sociedad anónima en Perú —Bywasi Perú— y ahora ya tiene casi en marcha su sucursal en España. Cree que, a pesar de la adversa coyuntura, se puede establecer una empresa aquí, "la situación es peor en otros países. En Perú, por ejemplo, la pobreza puede ser extrema". La crisis no le asusta y reconoce que una buena idea puede tener cabida en cualquier momento.

Como paso previo, ha realizado cursos para ponerse al día en el sistema contable y tributario de España y ha preparado su estudio de mercado. Su actividad se ha iniciado con la exportación de plata 950 —la de mayor calidad— y cerámica de Chulucanas. Sin embargo, no está dispuesta a parar y ya estudia el mercado textil y el alimenticio.


"Ahora hay menos competencia y más oportunidades”

Miguel Portillo y tres socios más, todos menores de 30 años, constituyeron en enero una sociedad dedicada a las nuevas tecnologías. No les asusta la crisis. Portillo cree que“ahora es un buen momento para iniciar una empresa porque hay menos competidores y más oportunidades”. Además, sostiene que hay sectores que resisten mejor la desaceleración y cita como ejemplo que, a pesar de la crisis, el sector de los videojuegos online ha crecido un 25%. Su nueva firma, Iberianweb, que ha contado con una inversión inicial próxima a los 25.000 euros, ofrece servicios a pequeñas empresas, como la creación de páginas web o CRM (programa para la gestión de clientes), entre otros servicios.

Portillo tiene experiencia en montar empresas en momentos no especialmente propicios, ya que a pesar de su juventud inició una primera sociedad en 2003, después del estallido de la burbuja de las puntocom, y no le asustó iniciar una empresa de perfil tecnológico. Se trata de PXSP.com, que presta servicios a compañías del sector tecnológico. "Con la crisis se definen oportunidades y se generan otras necesidades que nosotros podemos cubrir”. De esta forma, "si una empresa en estos momentos no puede contratar personal, nosotros podemos cubrir esa necesidad", asegura.

"Este sector no está ligado al mundo del ladrillo"

Con una media de edad de 27 años, Javier Donaire, con el 51% del capital, y otros dos socios, con el 49% restante, han creado la firma Forevent para la organización completa de eventos deportivos, además de ofrecer servicios sueltos como cronometraje e infraestructuras. Sus potenciales clientes son muy variados, desde clubes y entidades deportivas hasta las administraciones públicas.

Optaron por este sector por sus conocimientos del mundo deportivo, ya que proceden del ciclismo. “Teníamos la capacidad organizativa y el conocimiento necesario para dar el salto a eventos de gran envergadura”, explica Donaire. Además, "existe una demanda en el mercado muy importante de este tipo de servicios", añade.

Se plantearon la posibilidad de montar la empresa antes de que explotase la crisis, pero decidieron seguir adelante con el proyecto y realizaron una inversión de 60.000 euros para la adquisición de equipos (vehículo, aparatos para cronometrar…).

“Este sector no está ligado directamente al mundo del ladrillo”, sostiene Javier. Considera que la crisis puede afectar, pero no de forma directa. Aunque las administraciones han reducido su presupuesto, "el deporte popular es una necesidad y no cuenta con suficiente apoyo profesional".

"Los malos datos económicos no me han desanimado"

Fernando Pastor es un joven madrileño de 30 años, que después de trabajar durante seis años en el departamento comercial de una empresa, decidió abandonar esta compañía "para buscar otras alternativas", asegura, y estudiar Empresariales. Una vez terminada esta formación optó establecerse por su cuenta.

Antes de decidirse por un sector, buscó información y analizó las opciones que le ofrecía el mercado. Tras sopesar varias alternativas se decantó por el segmento del vending. Realizó un plan de negocio, adquirió una franquicia de la compañía que distribuye los productos de Nestlé y centró su negocio en instalar máquinas de café en las empresas.

Tuvo que hacer un desembolso de 24.000 euros más IVA para acogerse a la franquicia, "que para mí ha supuesto una inversión importante", explica Fernando Pastor, pero se muestra convencido de recuperarla, a pesar de la crisis. "Los malos indicadores económicos no me han desanimado", añade, aunque reconoce que "ahora predomina el pesimismo y es un momento duro, creo que podré salir adelante". Además, tiene previsto seguir estudiando y realizar el segundo ciclo de Empresariales.

Carmen Porras en LA GACETA DE LOS NEGOCIOS
http://www.negocios.com

Las hipotecas impulsan a la clase media de África

Herrick Mpuku se ha pasado 10 años construyendo una casa para su familia y aún no está terminada. Le faltan gabinetes de cocina y las paredes de cemento siguen sin escayola. Pero ahora el economista de 45 años se está haciendo otra casa, una que espera poder empezar y terminar en menos de seis meses.
¿La diferencia? Mpuku construyó la primera casa según el estilo tradicional africano. En plazos insoportablemente largos que dependían de lo que le sobraba de su salario, compró el terreno, puso los cimientos, levantó unos metros de pared y finalmente puso un tejado. En cambio, para la segunda casa consiguió una hipoteca.
En un continente conocido por la amplia brecha que separa a los desesperadamente pobres y los enormemente ricos, está surgiendo una tímida clase media. Una señal de esto es la aparición de un icono de la vida burguesa: el préstamo hipotecario.
Mpuku se compró una casa en Lilayi Housing Estate, una nueva urbanización de 3.700 casas que provee al comprador una vivienda modesta y una hipoteca para pagarla.
"La clave está en el financiamiento", dice Mpuku, un hombre jovial con una mente matemática que escogió un modelo de tres habitaciones y un pequeño jardín. "No puedo comprarme una casa en efectivo".
El Banco Mundial calcula que la clase media subsahariana estará integrada por unos 43 millones de personas hacia 2030, frente a los 12,8 millones de 2000. Pese a que la mayor parte de la clase media del continente se encuentra en Sudáfrica, los mercados emergentes de países como Zambia, Nigeria, Kenia y Ghana están atrayendo la atención de inversionistas de todo el mundo.
"En África hay una clase media emergente sedienta de vivienda", dice John Simon, vicepresidente ejecutivo de Overseas Private Investment Corp. (OPIC), una agencia gubernamental estadounidense que presta dinero para hipotecas al proyecto Lilayi.
Normalmente, los consumidores de clase media en este continente tienen un acceso mucho menor a las hipotecas que sus pares en América Latina, Europa Central y del Este, y algunas partes de Asia, como India, según OPIC. Y, por lo menos en Zambia, estar en la vanguardia es duro. Los obstáculos burocráticos y legales han retrasado el proyecto de Lilayi en al menos un año.
Tope Lawani, cofundador de origen nigeriano de la firma de inversión de capital privado Helios Investment Partner, dice que los inversionistas se están dando cuenta de que el continente no carece de una demanda para bienes y servicios de clase media, como billetes de avión, electricidad, habitaciones de hotel y servicios financieros. Lo que falta, dice, son compañías dispuestas a invertir en África y crear un mercado competitivo para satisfacer las aspiraciones de la emergente clase media.
Respaldado por inversionistas estadounidenses, entre otros, Helios ha creado un fondo de US$300 millones destinado a compañías que se concentren en los consumidores africanos de clase media.
En Zambia, los ricos compran su casa con dinero en efectivo. Los más diligentes se construyen la suya, si encuentran un terreno disponible, a lo largo de los años, tal como hizo Mpuku. El resto languidece en casas alquiladas o barrios de chabolas. Incluso los jóvenes profesionales viven en chabolas abarrotadas en Lusaka, la capital, por falta de alternativas.
Hasta hace poco, los bancos eran reacios a colaborar. Sólo uno de cada 1.000 zambianos tiene una hipoteca de un banco, según un informe de FinMark Trust, una firma de investigación gubernamental del Reino Unido.
Apenas 16% de los 11,5 millones de habitantes de Zambia recibe un salario y el país carece de oficinas que califiquen los historiales de crédito de las personas para ayudar a los bancos a calibrar el riesgo de sus posibles prestatarios. La corrupción había plagado el Ministerio de Tierras por lo que transferir las escrituras de un terreno podía tomar hasta seis meses. Incluso si alguien sobornaba a las autoridades para acelerar el proceso, eso no garantizaba que no hubiera otras personas que tuvieran escrituras por la misma parcela. Por eso, los bancos nunca tenían manera de asegurarse de que recibirían algo si una hipoteca salía mal.
Además, poca gente estaba interesada en pedir un préstamo cuando los intereses alcanzaban 40% al año. Pese a la falta de un mercado hipotecario, los propios banqueros no pasaban dificultades para enriquecerse. Pagaban intereses de un sólo dígito sobre los depósitos y luego compraban bonos del gobierno que solían pagar entre cinco y 10 puntos porcentuales por encima de la fluctuante tasa de inflación. Es decir, generosas ganancias con poco riesgo.
Unos cuantos años de reformas políticas y económicas han reducido la inflación a un nivel más estable de 11%. Ahora que el gobierno pide menos dinero prestado, los bancos están buscando otras oportunidades, y varios ven en las hipotecas un nuevo horizonte.

Por Michael M. Phillips The Wall Street Journal
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